sábado, 26 de abril de 2008

The Sun's tired

Sí, porque ahí donde lo ves, se ha cansado, ¿de qué? No lo sé.
Tiene mil razones, supongo. Quizá sea por eso. Seguro que no te has parado a pensar. Desvarío por falta de concentración, ya ves.
Porque día sí y día también, incansable, mira sin ver, sin buscar nada.
Le doy demasiadas vueltas, al final todo saldrá bien, ¿no? Creo que repito demasiado eso en mi cabeza, por miedo a que no sea verdad.
Rabia, impotencia. ¿Le has preguntado eso a tu reflejo? Me dijiste que lo harías.
No me sienta bien que la primavera se marche, me agobia el calor, las despedidas, y la duda de "si..."
Se ha cansado, de verme todas las mañanas hacer planes, planes y más palnes, de construir fantasías sobre arenas movedizas, qué cosas. Yo que pensaba que aquí, donde la escarcha permanece todavía algunas mañanas, no se cansaría, al menos le dan conversación.
Tengo el escritorio lleno de bocetos a lápiz de algún que otro sueño, no terminaré ninguno de ellos. Me río de mi ingeniudad y sigo adelante. Quiero viajar, dibujar cada rincón de alguna ciudad oriental, cada hoja de algún manglar allá por el Amazonas. Quiero descubrir la mirada de personas totalmente diferentes, de aquí y de allá.
Me encantaría poder darle razones para sonreír, aunque seguro que ya tiene unas cuantas. Como sabes, a mí me cuesta encontrar las mías. Es un pobre consuelo, pero me basta, me aseguro para que la próxima vez queden en pie.
Susúrrale. Pídele que no se canse, tú que puedes hacerlo, tú, que sabes cómo, tú.