miércoles, 5 de noviembre de 2008

J'y Suis Jamais Alle
No son más de las seis, pero ya es de noche.
Llevo todo el día intentando acordarme de algo...

Les Jours Tristes
¿Sabes esa sensación de sentir cómo se te escapan las ideas?
Las rozo con la punta de mis dedos, pero se desvanecen.
Me falta tan poco.
De nuevo mi mente coquetea con mi impaciencia, seduciéndola, y no me gusta un pelo...

La Valse D'Amelie (piano)
No sé cuánto tiempo me queda para empezar a escupir estupideces a diestro y siniestro.
Aunque también me da un poco igual.
Odio y rabia, indiferencia pues.

Comptine d'un autre ete
Es de vacío.
Como cuando sientes que has perdido algo, pero no sabes qué.
Que te dejas algo a medias o en el camino.
Que lo has olvidado y por mucho que te esfuerzas no lo recuerdas.
Es desesperante...

A Quai
Las luces anaranjadas de la calle se reflejan en los charcos que han decidido hacer acto de presencia.
Llueve o llovía.
Fina y constanste.
Ya no duele...

Le Moulin
Necesito ir despacio, pero avanzar lo máximo posible con cada zancada.
Para mí es fácil, pues de algo me tienen que servir estas piernas tan largas.
Bajo el frío están mis pasos.
Esos que sigo día sí y día también...

Sur le fil
Suspiro de resignación y sonrisa cansada.
Me levanto y recojo mis cosas.
Es lunes, y ya no queda casi nada para el fin de semana.

sábado, 26 de abril de 2008

The Sun's tired

Sí, porque ahí donde lo ves, se ha cansado, ¿de qué? No lo sé.
Tiene mil razones, supongo. Quizá sea por eso. Seguro que no te has parado a pensar. Desvarío por falta de concentración, ya ves.
Porque día sí y día también, incansable, mira sin ver, sin buscar nada.
Le doy demasiadas vueltas, al final todo saldrá bien, ¿no? Creo que repito demasiado eso en mi cabeza, por miedo a que no sea verdad.
Rabia, impotencia. ¿Le has preguntado eso a tu reflejo? Me dijiste que lo harías.
No me sienta bien que la primavera se marche, me agobia el calor, las despedidas, y la duda de "si..."
Se ha cansado, de verme todas las mañanas hacer planes, planes y más palnes, de construir fantasías sobre arenas movedizas, qué cosas. Yo que pensaba que aquí, donde la escarcha permanece todavía algunas mañanas, no se cansaría, al menos le dan conversación.
Tengo el escritorio lleno de bocetos a lápiz de algún que otro sueño, no terminaré ninguno de ellos. Me río de mi ingeniudad y sigo adelante. Quiero viajar, dibujar cada rincón de alguna ciudad oriental, cada hoja de algún manglar allá por el Amazonas. Quiero descubrir la mirada de personas totalmente diferentes, de aquí y de allá.
Me encantaría poder darle razones para sonreír, aunque seguro que ya tiene unas cuantas. Como sabes, a mí me cuesta encontrar las mías. Es un pobre consuelo, pero me basta, me aseguro para que la próxima vez queden en pie.
Susúrrale. Pídele que no se canse, tú que puedes hacerlo, tú, que sabes cómo, tú.

sábado, 8 de marzo de 2008

Demasiado frío

Dime, ¿para qué sirve una ilusión?
He intentado encontrar la respuesta precisa, no la correcta, sino aquella que apoye al optimismo que se escapa entre suspiros helados.
Me he dado cuenta, de que bastante ya no es suficiente, y todo, tampoco. Hace demasiado frío.
Dime que encontrarás la respuesta, a tu manera.
Me pregunto si alguna vez despertaremos, cansados de soñar caminos que no podemos seguir. Me pregunto, y te pregunto, si llegará el día en el que convertirnos en sombras de la frustración sea la respuesta. Quisiera responderme, y responderte, con una lluvia de pensamientos incoherentes. Ojalá pudiera.
Mientras tanto, hago collages de ilusiones efímeras.
Espero que vayas buscando las tuyas, así seguiremos jugando a ser personas.
Dime, ¿qué piensas encontrar?
Buscamos explicaciones a cosas que se escapan de nuestra lógica o razón.
¿Crees no respirar cuando te ahogas en un trozo de crital? Prueba a cerrar los ojos.
¿Crees que dejarlo todo atrás me va a ayudar? Probaré a no pensar.
Prueba tú, a no buscar la respuesta. Invéntala.
Y dime ahora, ¿para qué sirve una ilusión?

miércoles, 5 de marzo de 2008

Sólo eso

Algunos días, canto aquella canción, pero sólo a veces. El viento corea cada palabra, evoca horas en un puerto lejos de aquí.
Deliro, y doy rodeos y más rodeos para tratar de encontrar la frase exacta.
Hoy es uno de esos días en los que me gustaría dejar que la ducha se lleve la melodía de la canción, tu canción.
¿Qué fue de aquellos días en los que inventar acordes era lo primero que hacíamos?
Ahora busco segundos muertos, para soñar tus besos.
Tachar días de un calendario antiguo se ha convertido en mi afición, así puedo "olvidar" que el calendario que está en la pared me recuerda que falta menos para encontrarme con tu mirada, todavía espero volver a ver tu sonrisa.
A veces, se agradece un día normal. Para encontrar minutos perdidos, y analizar cada grano de arena de un reloj de Sol.
Esta vez, los polos opuestos de dos mundos totalmente distintos no se atraen, se alejan despacio para no volverse a ver, en silencio y sin cruzar una palabra.
Porque en el fondo, esperan dejar de contar los días, de abandonar la rutina que marca un reloj digital atrasado. Así te encontraré, de nuevo, soñando playas en las que perdernos.
Porque quizá mañana el viento no quiera cantar, y tengamos que pedírselo al mar, pues ahora es nuestro mejor aliado...
Recuerdo las palabras, pero olvidé tu voz y la mía.

domingo, 24 de febrero de 2008

Para acabar pintando el Sol

Ya ni los débiles rayos del Sol calientan. El invierno se deja ver demasiado, entre susurros y caricias del viento.
El césped castigado, amenaza con no volver a brillar, hasta que se afloje el frío abrazo de la escarcha, hasta que tus pisadas le infundan calor.
Aún espero terminar el dibujo de tu mirada, y pintar tu sonrisa, hoy no, quizá lo haga mañana.
Puede que ahora sea mejor opción tratar de dibujar el Sol en un cielo nublado.
O darle una tregua al reloj, y ver llover mientras tanto.
Será mejor.
Estar aquí tirada no ayuda a tratar de olvidarte, ni por asomo, a inventar lugares en los que sólo yo pueda estar. Cierro los ojos, para sentir el frío quemar mi piel, es una sensación agradable, siempre y cuando me obligue a buscar calor.
Ahora, es mejor opción pintar el Sol.

sábado, 23 de febrero de 2008

Cuenta diez atajos, y podrás ver el mar

Quiero decirte que estoy bien, que aquí, donde cada segundo se arrastra junto a un acordeón desafinado, soy feliz.
Pero es perder el tiempo.
Como los cien atajos de Machado, que no eran más que ciento diez mentiras. Como los acordes inventados que escribo en una servilleta por las mañanas, esos que nunca llego a escuchar. Como llover sobre mojado, y soñar sintiendo el mar.
Es perder el tiempo.
La frustración me saluda cada día con su sonrisa cargada de ironía, y yo le devuelvo el saludo, en un vano intento de indiferencia. La soledad me recuerda en un susurro que ya va siendo hora de despertar. Odio esa voz. Al igual que un Domingo soleado, cuando olvido donde debería estar, entre tu sonrisa y tus ojos, junto al olor a sal.
Quiero decirte que estoy bien, aún siendo un estúpido intento de defensa hipócrita. Aún tratando de sonreirle a mi frustración todas las mañanas, pensando en tu mirada y soñando con esos cien atajos, a los que nunca quiero llegar, por miedo a olvidar el significado de una mentira, por miedo, quizá, a no saber decirte si estoy bien o mal.

martes, 5 de febrero de 2008

Cartas de ayer

Querido tú:

Busco palabras que duelan. Para querer herirte, aunque no lo veas. Para que cada una de tus palabras, sean ahora mías.
Aunque salga perdiendo.
Quizá deje de morderme la lengua, de callarme una y otra vez, de aguantarte.
Quiero encontrar de veras esas palabras, para que sean mis oídos los tuyos. Para no querer entenderte.
Soy egoísta, no quiero soportarte más.
Tú eres prepotente, y te regodeas en una falsa victoria que no va más allá de tus ojos. Incapaz de pensar que puede haber algo que no ves. Sarcasmos que sólo tú entiendes, que pretendo no escuchar.
Fingir, ¿a qué te suena eso?
Puede que luego no quieras verme, y lo entenderé. Mas hazte esta pregunta, ¿quién mira por quién?
Prohibir, lo dijiste, y me encuentro ahogada en un vaso, lleno, tu vaso.
Sonríe, sé que leerás esto y sonreirás. Sé exactamente que te ronda por la cabeza cada segundo. ¿Y tú? ¿Qué sabes tú de mí?
Engañarte a ti mismo y crear una fortaleza inexpugnable, no es tratar de comprender.
Cerrar los ojos cuando mis palabras te golpean, no es asumirlo, es evitarlo.
Mirar por encima del hombro a alguien, no es quererle.
Es irónico, porque me estoy describiendo a mí misma, y yo no soy como tú.
Ahora la pregunta me la hago yo, ¿quién mira por quién?

Fdo: yo...

Querida tú:

Esperaré esas palabras.
Las esperaré para encontrarme contigo y no respirar, no cerrar los ojos, no querer huir.
Pero sé que al final acabaré haciéndolo. ¿Por qué?
Quizás mi victoria cada vez es más real en mi mente, donde sólo yo puedo verla. Donde sólo yo puedo sonreír con ironía.
Cierto, eres egoísta, nunca lo pretendiste, nunca intentaste comprender. Supongo que tu compleja y ocupada mente ni siquiera pensó que yo también puedo sentirme así.
Frustración por no saber que hacer o decir.
Fingir, ese fue uno de mis tantos errores, ¿y los tuyos? ¿te paraste a pensar lo que tú hiciste mal?
Yo miré siempre por ti, y eso no estuvo mal, la equivocación, es comprenderlo demasiado tarde, la equivocación fue no pensar por los dos.
Ahora es tarde, ¿pero alguna vez no lo fue?
Dime si en algún momento no sabías ya lo que iba a decir o hacer, eso me desesperaba, y lo sigue haciendo, porque estoy sonriendo a una hoja de papel.
Pedir perdón no sirve de nada ya, y escribir una carta, en el fondo, tampoco.
Haces bien en plantearte esa pregunta, aunque por una vez, yo ya sé la respuesta.

Fdo: yo...